Raúl Guerra Garrido nos deja entrever la problemática vasca por medio de ciertos personajes, lugares y situaciones que nos llevan en persona a compartir los sinsabores lo mismo que el encanto de la geografía física y humana. Entre Cacereño y Lectura Insólita de “El Capital” escribe Raúl tres novelas que nos recordarán el acontecer del pueblo vasco. ¡AY!, Hipótesis y Pluma de Pavo Real…
Los comentarios que se oyen acerca del pueblo vasco son preces al pueblo que ha sabido mostrarse valeroso en política y economía. Pueblo responsable y trabajador, modelo de voluntad y energía. Hasta en Hipótesis aparece el ciclista de Eibain que se alza con la victoria de la Vuelta a Francia. El tipo de vasco que no se conforma con agachar la cabeza y servir de escalón para que suba el todopoderoso de la industria vasca.
Solo, libre, pedaleando y escapándose del pelotón brilla en la cima de la victoria alcanzada por su esfuerzo personal, individualista, frente a la fuerza poder concentrado y organizado por el todopoderoso Lizarraga. “No hay cosa como disfrutar el poder para ser partidario de concentrarlo”, dice José Miguel de Azaola.
Año: 1977
Editorial: Grijalbo
Premio “Eduardo Ferrer” del Ateneo de Santander